Hoy nos ponemos más serios con el tema gastronómico, cuando nos enteramos que más del 70% de los negocios de comida fracasan en el primer año, una estadística mundial que para el chef y consultor Juan Ernesto Gil, nada tiene que ver con la situación política o económica de una nación, aunque sin duda contribuyen en la ruina de un emprendimiento, cuando no se tiene un verdadero plan de negocio que resista los golpes de una fluctuante economía como la venezolana.
Como asesor y planificador para establecimientos de comida, Juan Ernesto con una sombra de barba se ha propuesto a contribuir con el país apoyando aquellos emprendedores y empresarios que aún consideran que en Venezuela hay oportunidades de crecimiento y expansión, “solo deben ser más planificados y organizados con el trabajando que se esté realizando, siguiendo unos sencillos pasos”, comenta.
Como cofundador de la Agencia de Consultoría Gastronómicas Crónicas Gourmet, Juan Ernesto se ha dedicado en los últimos años en dictar talleres a todos aquellos interesados en incurrir en un negocio de comida, teniendo como base su experiencia adquirida en diversos restaurantes de España, Inglaterra y Venezuela, además del conocimiento obtenido como propietario de varias franquicias.
Emprender no tiene edad
Durante su último taller de Emprendimientos Gastronómicos dictado en Valencia, era interesante observar como el escenario era tomado tanto por jóvenes como adultos avanzados. El ímpetu del primer grupo y lo analítico de los segundos se mezclaban con la emoción de aprender cómo encaminar el negocio que ya habían iniciado empíricamente.
Juan Ernesto explica que de ese 70% de negocios que fracasan; 15% es por ser la primera experiencia empresarial del emprendedor; 25% por no tener idea del mundo gastronómico y 60% es por no tener un plan de negocio; siendo este último el más importante para cualquier proyecto, que puede resolverse fácilmente con un lienzo Canvas que les permitirá estructurar de forma rápida, sencilla y profunda el modelo negocio, monitorear el progreso, tomar decisiones y, sobre todo, a crear una empresa sostenible en el tiempo.
Buscando la independencia
La gran mayoría de los emprendedores visualizan su proyecto como una opción para su independencia económica, pero para esto deben hacer que su modelo sea Sostenible, Escalable y Repetible. “Cocinar rico, no te hará rico”, ironiza Juan Ernesto para aclarar que muchas personas creen que por saber cocinar y tener buena sazón ya pueden tener una restaurante, pero nada está más lejos de realidad.
El abrir un establecimiento de comida incluye conocer todo el marco jurídico: permisos y más. En Venezuela incluye una infinidad de pasos, una alta inversión y mucho tiempo; mientras que en otros países en cuestión de días ya puedes montarlo todo. Sin embargo, luego de pasar este trago amargo, el proyecto puede emprender con algo pequeño que puedas manejar. “Todos podemos comenzar con el carrito de chicha, pero la idea es saber proyectarnos”, indica Juan Ernesto.
Tener documentado los procesos de elaboración de las comidas es fundamental para el ahorro de tiempo y dinero, pues te permite planificarte por períodos y estructurar costos, más aún cuando en Venezuela el precio de los alimentos cambia de un momento a otro. Controlar el inventario y el almacenamiento de los productos o la materia prima, será crucial para no descapitalizarte.
Posicionando el negocio
Una vez que se tenga el panorama claro, es necesario dar el siguiente paso: el mercadeo, que Juan Ernesto plantea de dos maneras, dependiendo si es un producto o un establecimiento. Para el primero es importante tener en claro cuál será la marca, el empaque idóneo y atractivo, el etiquetado correcto, y por supuesto, la página web y las redes sociales. En el caso de un local debes tomar en cuenta el diseño del menú, los platos que vas a ofrecer, la fachada, el mobiliario y nuevamente la web y las redes.
El asesor afirma que muchos emprendimientos dejan a un lado la parte digital, pero es la forma más expedita para llegar a los clientes y dar conocer el trabajo. Es un medio que informa sobre tus movimientos las 24 horas del día, “pues ya es automático, todos revisamos en internet aquello que nos recomiendan y, si no estamos en el mundo digital, simplemente nos perdemos”, completó el chef.
Una vez que se tenga estos puntos tildados en la lista, solo queda la constante supervisión del proyecto, que con un modelo de negocio definido, fácilmente podrán ir adaptando y redimensionado para la escalabilidad del mismo, por eso Juan Ernesto Gil cierra el taller animando a los participantes a mejorar su negocio, y si aún no lo tienen iniciado, que comiencen con buen pie estudiando todos los pasos.
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