Además de una situación política compleja, como bien sabemos, el sistema cambiario venezolano mantiene varios precios. Por un lado, tenemos el DICOM, que opera bajo una gran incertidumbre, la tasa DIPRO o protegida que se mantiene a un precio irreal; y por otro lado, el famoso dólar paralelo que pareciera que es el marcador principal de nuestra economía.
Detrás del último anuncio del presidente de la república en materia cambiaria, la nueva reestructuración del DICOM pareciera venir con un ciclo más severo de restricción de divisas para el sector privado, debido a que el flujo de caja del gobierno está muy limitado, la producción petrolera sigue cayendo, los precios del crudo no se recuperan y, además, se debe pagar la deuda externa. Anteriormente, el DICOM liquidaba cinco veces a la semana bajo una incertidumbre, ya que se desconocía tanto los niveles ofertados como los niveles demandamos.
Por un lado, en el anuncio del presidente maduro, solo se dio a conocer que DICOM liquidaría solo dos veces a la semana, lo que quiere decir, que se restringirán las divisas. En el mismo orden de ideas, el presidente no explicó qué se hará con la tasa de cambio protegida, no se sabe si se va a devaluar o a eliminar. El Dipro es el tipo de cambio al que más se liquidan dólares para las importaciones, cerca de un tercio de las del sector privado se hacen por esa vía y 75% de las públicas, del número total (privadas y públicas), 64% se hicieron a esa tasa y por los niveles tan disminuidos de las importaciones, quiere decir que es un nicho de corrupción ya que no está sincerizado el tipo de cambio DIPRO a la economía real.
En igual forma, están sin definir las reglas de intervención que incluyen las circunstancias y modalidades de compra y venta de reservas en el mercado cambiario, que estén a favor o en contra del valor de la moneda nacional. Hasta ahora no se deslumbra con claridad en qué situaciones, ni qué ente gubernamental intervendrá, ni cuáles activos van a usar ni cuál sería el ritmo de intervención. También hay un alto desconocimiento de los límites de variación del tipo de cambio.
Bajo este esquema de crisis cambiaria, el gobierno central no tiene diseñado la prevención explícita o implícitamente de que ocurrirá si el Banco Central de Venezuela (BCV) no puede ejercer las intervenciones a las que se va a comprometer. Por ejemplo, si hay un ataque especulativo sobre las reservas, esto dejaría vulnerable y dejará de ser sostenible, y debería establecerse a priori a qué régimen se pasaría si esto llegase a ocurrir, a saber, libre flotación, zona unilateral, o zona objetivo realineada del tipo de cambio.
Para que el próximo sistema cambiario sea óptimo, la economía venezolana debe mostrar una evolución estable del tipo de cambio nominal, es decir, que no existan movimientos bruscos e impredecibles. El actual régimen cambiario en esta última década -tipo de cambio fijo- no cumplió a cabalidad con estas características básicas y esta es la característica principal por la cual se pone en práctica el sistema cambiario de bandas.
Este sistema ya se ha tenido en Venezuela, Simadi lo fue, fue un híbrido entre el régimen del tipo de cambio fijo y un flotante: el Banco Central de Venezuela determinó un valor del tipo de cambio nominal basado en algún criterio (por ejemplo, paridad del poder de compra) y fijó limites inferiores y superiores, dentro de los cuales osciló el tipo de cambio observado de acuerdo con las condiciones del mercado y no resultó. La experiencia con este sistema es que no funcionó, debido a la falta de inyección de divisas, -en ese momento había ingresos permanentes por la renta petrolera- lo que hoy en día significa que podríamos estar casi en el mismo sistema, pero con la situación más agravada.
Por último, si el tipo de cambio tendría la flexibilidad suficiente para responder a choques internos y externos se minimizarían los posibles efectos adversos sobre la asignación eficiente de los recursos, al tiempo que se le otorga alguna autonomía a la política monetaria. La intervención de la autoridad encargada de la política cambiaria debería mantener el valor de la divisa dentro de ciertos límites, permitiendo una menor variabilidad del tipo de cambio nominal con lo que se logra dar estabilidad al tipo de cambio real y a los precios internos.
Asesor financiero y analista técnico en mercados de capitales
@nlazardim
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