El 30 por ciento de las fobias aéreas se superan gracias a técnicas basadas en biofeedback, un tratamiento que ha crecido un 25 por ciento para controlar el estrés y la ansiedad, según Pablo Muñoz, CEO de Nascia, teniendo en cuenta los datos de la compañía.
El miedo a volar es uno de los problemas a los que se enfrentan cuatro de cada diez viajeros antes de iniciar sus respectivos viajes. Diversos estudios llevados a cabo por distintos equipos de psicólogos revelan que este miedo comienza a aparecer entre los 25 y los 30 años. También indica que el 10% de los afectados sufren de angustia y que un 18% padecen nivel de ansiedad moderada.
El miedo a volar “es algo que puede controlarse con herramientas como el biofeedback, ya que se entrenan las variables que entran en juego cuando se produce una crisis de estrés y ansiedad. Dominar la respiración, recuperar la concentración y no perder el norte cuando se está a punto de volar es lo que se pretende con el fin de devolver a la persona el control de la situación¨.
Aunque el miedo se experimenta con más intensidad a medida que se acerca la fecha del viaje, hay personas que presentan cuadros de ansiedad moderados incluso semanas antes del mismo. Por ello, los tratamientos para controlar este tipo de fobias deben realizarse con tiempo y nunca con poca antelación a viajar.
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Para ello se utilizan técnicas como el biofeedback, donde se reporta del estado de nuestra cadencia respiratoria, pulso y ritmo cardíaco, nivel de atención y rigidez muscular, lo que permite realizar una serie de ejercicios que ayudan a controlar estas variables. “Es vital el control de la respiración y, para ello, los ejercicios se encaminan a lograr una mayor concentración que permita establecer el ritmo adecuado y que está entre 6 y 10 veces por minuto, dependiendo de la persona. También hay que controlar el tipo de respiración, siendo la más aconsejable la abdominal y evitando la torácica que es la que se da en los episodios de ansiedad y estrés”, según recomiendan los expertos de Nascia.
Para la fobia a volar existen ejercicios interactivos que permiten mejorar la concentración y que utilizan simuladores de vuelo con el fin de lograr una mejor adaptación enfrentándose directamente con el problema. Este tipo de ejercicios aportan una información válida del grado de ansiedad y estrés que sufre cada persona. Finalmente, y tras varias sesiones de tratamiento, el afectado por el miedo a volar es capaz de conseguir el autocontrol necesario que le ayude a vencer las situaciones que le producen estrés y ansiedad, como pensar en su viaje o los momentos previos a embarcar en el avión.
Fuente: Europress
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