Salió como otros días a manifestar, sin saber que el 18 de mayo una bomba lacrimógena le impactó y le cambiaría la vida a él y su familia. Óscar Navarrete se sumó a la lista de jóvenes agredidos por los efectivos de la Guardia Nacional (GN) por protestar contra el Gobierno. Desde la fecha le fue diagnosticado un cuadro vegetativo; más de cuarenta días después, su madre, Carmen Ruiz, explicó cuál es el estado actual de su hijo.
“Yo le doy gracias a Dios porque a mi hijo le lograron salvar la vida. Pero él duró más de media hora sin signos vitales. Él es un milagro de Dios”, agregó. La fe divina ha sido el motor de lucha de esta familia; en el espaldar de la camilla de Óscar, las estampitas religiosas y rosarios lo acompañan día y noche.
El equipo de Caraota Digital visitó a la familia venezolana, en el centro hospitalario donde es asistido el joven. Con una sonrisa esperanzadora, los ojos “aguarapados” y un abrazo de agradecimiento, su madre nos recibió, narrando lo difícil que ha sido ver postrado en una cama a su hijo por más de cuarenta días, siendo “condenado” por manifestar su deseo de cambio para el país.
“No es que el salió completamente del estado vegetativo en el que se encontraba, ha ido evolucionando, está en delicado estado de salud. Lleva tres días exactamente presentando complicaciones con el gastrónomo”, expresó su madre.
Provienen de un humilde hogar en Guarenas, estado Miranda; la unión ha sido la mayor fortaleza en los tiempos duros. Desde el mes de mayo adoptaron los centros asistenciales como segunda casa, para juntos sobrellevar la recuperación del joven, con sus altas y bajas.
Ante la falta de respuesta del Gobierno, de los efectivos de la fuerza pública y de los entes judiciales del país; la madre soltera se ha apoyado en sus dos hermanas, sus padres y dos hijas. La licenciada en educación tuvo que dejar su trabajo, para dedicarse a velar por la recuperación de su hijo.
En otra de las paredes reposa la lista de todos los medicamentos que diariamente debe consumir el paciente, en total, sobrepasan los 20. La escasez de medicinas y la crisis del sistema de salud venezolano le ha pegado los bolsillos, pues algunos medicamentos los han tenido que pagar en moneda extranjera.
Además, recientemente tuvieron que acudir a contratar a una enfermera, porque el tiempo no les da para ocuparse de todos los requerimientos diarios, el costo de este servicio es de 25 mil bolívares diarios. Corren el riesgo de que el presupuesto no les alcance, pero Carmen sostuvo: “No me importa el tiempo que tenga que pasar ni lo que tenga que gastar por ver sano a mi hijo”, dijo.
No solo requieren medicinas, también hay una dieta estricta que debe cumplir, que incluye en su mayoría, suplementos de vitaminas y proteínas, que ni se encuentran en el país. Cuando logran hallarlos, los precios superan el alcance económico de la familia.
Hizo un llamado a quienes quieran ayudarlos, “bien sea con recursos, insumos o solo una oración”, a contactarlos y no dejar solo a este luchador. Para ello, colocó a disposición dos cuentas bancarias:
Banesco 0134-0401-1940-1304-2337 C.I. 12.294.467 Carmen Ruíz, su madre. Tlf: 0424-226-55-64/ 0424-855-00-50Banco Provincial 0108-0021-8701-0008-4532 C.I: 3.482.592. Pablo Antonio Ruíz, su abuelo. Correo: Pablo.ruiz34@gmail.com
Rehabilitación que va dando resultados
Eran aproximadamente las tres de la tarde de este 14 de julio, fue llevado a la sala de rehabilitación, para ser atendido por los especialistas que han garantizado su mejoría. Según dijo su madre, tiene al menos 15 kilos menos, desde que el suceso. Lo escuchamos decir “Si”, “no”, “chao”, responder con movimientos en su cabeza, gestos en su cara o con la mirada expresiva.
Por ahora no puede expresarlo con su voz, pero con su mirada destella su convicción de una Venezuela distinta, de querer seguir luchando y las ganas de volver a las calles. Antes de despedirse, Óscar nos lanzó un beso, una sonrisa y afirmó con su cabeza, una promesa de recuperarse pronto y seguir demostrando su valentía.
Al regresar a su habitación fue recibido también por su abuelo, el señor Pablo Antonio Ruiz. Él, no pudo evitar el nudo en la garganta que luego se convirtió en lágrimas. “Esto es muy difícil para nosotros. Es muy duro verlo así, sin poder hablar, comer, ni caminar con nosotros”. ´
Tuvo que regresar a Guarenas, con el pesar de dejarlos solo. Pero, le toca hacer el desayuno, almuerzo, y cena, que los acompañara en una nueva jornada, de entrega, oraciones y a la espera de buenas nuevas.
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Complicación digestiva compromete salud de Óscar Navarrete https://t.co/HNovfulbvc pic.twitter.com/3kV3igSMRF
— CaraotaDigital (@CaraotaDigital) 14 de julio de 2017
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