¿QUÉ HACER?
“Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre frustrada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción”
A lo largo de la historia, las dictaduras y los regímenes totalitarios, siempre han procurado dos cosas. Una, la desesperanza; dos, la sensación de que nunca va a acabar.
Estos tiempos han sido de los más duros y complejos para los venezolanos; quien escribe estas líneas da cuenta ello. Desde el día uno he estado en la calle y el alimento constante a un posible cambio, la adrenalina de las multitudes, la voluntad de salir cada día, todos los días; ese pico efusivo de anhelo de desenlace, son hoy nuestra mayor resaca.
Nos sentimos desafortunados, perdidos, aturdidos, agotados. Lo peor de todo es ver, que luz no hay, y que el final cerca no está.
Ser testigos de como se toman todos los espacios, como tenemos que ceder a nuestra Asamblea Nacional, como se inhabilitan políticos y destituyen alcaldes, como se les manda a prisión, como todos tenemos un número, no sólo es condenante, es aterrador.
Sé que para los que estamos de éste lado, dicho sea de paso, del lado de más del 85% de los venezolanos que procuramos un cambio, este transitar es similar al de los alcohólicos, un día a la vez; pero del otro lado, la situación no es tampoco tan alentadora que se diga. Me explico, cuando un Ministro de la Defensa sale a cada rato a decir que la FANB “está más fuerte que nunca, más unida que nunca”, y a la par, van saliendo pronunciamientos y videos de cuanto grupo rebelde exista, algunos de cuya veracidad podemos dar cuenta, otros de los que simplemente no se sabe nada; pero es ruido; ruido del que hablan los expertos, ruido que da cuenta de una fracción institucional que no tolera lo que hay; eso dice mucho.
Quiero parafrasear al analista Alberto Barrera Tyszka y lo escrito por él en su columna de El País de España en días recientes: “Es verdad que la mayoría de la población vive ahora con una gran sensación de derrota. Es verdad que, nuevamente, la dirigencia de la oposición está obligada a reinventarse, a buscar y proponer nuevas formas de resistencia y de lucha en contra de una dictadura no convencional; pero también es cierto que el oficialismo tiene por delante un panorama muy incierto y complicado. Sus líderes no tienen popularidad, su discurso político está totalmente devaluado, su vínculo con Chávez se desvanece cada día más; han sacrificado las instituciones y la credibilidad del sistema, han perdido legitimidad internacional…y siguen enfrentados al mismo país, un país que no los quiere, que no les cree”.
Lejos del ¿qué harán?, yo respondo por el qué haré… Mientras pueda seguir.
No me pondré del lado del que divide, aunque sí estaré atenta y con cautela, como ciudadanos crecidos que somos. No le haré el juego a la desesperanza y la incertidumbre, a la zozobra sembrada. Me aferro a lo humano e incluso a lo incógnito, porque este país no será el que una vez. Venezuela será una nueva tierra, nunca antes conocida. Este tsunami arrasó todo, idiosincrasia incluida.
Entonces, ¿qué hacer?
Edmund Burke decía: “Lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada”, y yo no pienso quedarme de brazos cruzados, dejando que la nada se apodere de todo.
The post Trendy Es appeared first on Caraota Digital.