Hoy en día es fundamental mantener para la región latinoamericana la presente distinción entre organización general de la estructura de la economía y la regulación o control de las actividades económicas especificas. En igual forma, al comprender la relación entre estas distinción, se puede empezar a construir una base sólida al planteamiento de un modelo distinto para Latinoamérica.
La economía social de mercado, ofrece un conjunto de herramientas de ordenamiento político, legal, de acción social y económica para generar una competencia efectiva regional. Es necesario que se empiece a no solo hablar, sino a materializar la idea de una nueva propuesta de política económica, un nuevo modelo regional. Asimismo, entender las condiciones sociales y políticas en la región nos da un espectro más amplio para plasmar la idea fundamental.
Tomando en cuenta las respectivas condiciones sociales, por un lado, tenemos un enfoque que permite adaptarnos a las condiciones sociales cambiantes y por otro lado, manifestarnos a una dinámica de una economía social de mercado que exija necesariamente una apertura frente al cambio social que hoy en día la región está experimentado.
Ésta propuesta, no se refiere a un sistema terminado, ni una receta que una vez dada pueda ser aplicada por igual a cada país de la región, dado que cada país presenta una realidad distinta, se trata más bien de un orden dinámico, en el cual junto a un conjunto de sólidos principios que deben de ser realizados en un marco de libertad absoluta deben de estar concatenados a los nuevos desafíos del siglo XXI.
En cuanto a la región, no es un secreto que existe dos grandes grupos de países que plantean grandes dilemas sociales, políticos y económicos. Bajo este esquema, sus políticas económicas están basadas en modelos que reconocen una política de mercado y por otra parte sistemas económicos que están enfocadas a principios socialistas principalmente estatistas y centralistas.
En cuanto a la economía social de mercado, como sistema económico, más allá de las distintas realidades que tiene cada país, es una salida a éstas ambigüedades económicas, tener un sistema que funcione como columna vertebral parece que puede ser la salida a estas ambivalencias económicas, por medio del fomento de la iniciativa individual, productiva, eficiencia, tendencia a la auto-regulación, concatenados a los aportes fundamentales de la solidaridad y cooperación que se basan necesariamente en la equidad y la justicia en una sociedad dada son los que hoy en día la región necesita dada la gran distorsiones que la región está viviendo.
Napoleón Lazardi / @nlazardim
Asesor Financiero
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