Zúrich es, quizás, la ciudad más popular de Suiza. Y es, sin duda, la más populosa (casi 400.000 habitantes). En ella también se registra la mayor parte de la actividad financiera del país. Pero no es su capital. Berna, sí; cuyos Alpes pueden verse en días soleados, perfectamente definidos desde Zúrich.
En Zúrich no «es» más invierno que en otras partes de Europa o del mundo. Aunque cualquiera que tenga programado viajar próximamente a la ciudad puede pensar que la Navidad se ha adelantado en el centro del continente.
Vayas donde vayas, y hasta la víspera de Nochebuena, la decoración y el ambiente navideñoacompañan tus pasos por Zúrich; sobre todo si transitas por una de sus vías principales, Bahnhofstrasse. Un consejo antes de que sigas leyendo: te va a compensar adquirir un abono para moverte por la ciudad (transfer desde el aeropuerto, tranvías, barcos) y conseguir descuentos en museos y restaurantes.
Zúrich cuenta con distintos mercadillos navideños repartidos por la ciudad. Dos de los más grandes y vistosos se localizan, respectivamente, dentro de la estación de tren y frente al edificio de la Ópera. (Sechseläutenplatz). Si te
encuentras en este último y te cansas de probar comida o de comprar artículos necesarios o que se te antojan como tales, siempre puedes parar y patinar en la pista que está al lado.
Desde hace 20 años, durante el Adviento, distintos coros locales de Zúrich, integrados tanto por niños como por adultos, así como por profesionales o aficionados a la música, entonan villancicos conocidos o creados especialmente para hacer más amena la espera hasta la celebración oficial de la Navidad.
«The Singing Christmas Tree» consiste en un escenario que se sitúa en la actualidad en una de las plazas más próximas a la estación de tren (Werdmühleplatz). Sobre él se levanta una estructura con forma de árbol en la
que cada miembro del coro ocupa un puesto, ataviado, eso sí, con una prenda de abrigo verde y un gorro y bufanda rojos para evitar romper la homogénea apariencia navideña de este «árbol cantor».
Puedes consultar los horarios de las actuaciones, que normalmente suelen ser dos al día hasta el 23 de diciembre.
El Museo Nacional de Zúrich (Museumstrasse, 2) se ilumina cuando la ciudad se oscurece en esta época del año. Desde mediados de noviembre y hasta el último día de diciembre si te adentras en él y alcanzas su patio podrás asistir (a partir de las cinco de la tarde) a un espectáculo de luces y sonido que al principio puede resultar desconcertante, pero que al final cobra total sentido.
Los niños son los que más disfrutan del argumento ideado cada año para proyectarse sobre las fachadas de este edificio que alberga objetos y exposiciones que cuentan, por ejemplo, cómo vivían los suizos hace un siglo.
Los padres con niños (hasta 10 años) pueden tomar en la plaza Bellevue un tren muy especial y fácilmente identificable por su tamaño más pequeño, su color rojo intenso y su decoración navideña. El «conductor»
es Papá Noel y los «revisores» que le acompañan son ángeles. El trayecto es corto, pero suficiente para ver el centro histórico de Zúrich.
Fuente : viajar.
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