Por motivos de mudanza, no pude enviar mi “Arriba y en la esquina” de la semana pasada. De hecho, mientras estaba en un avión, Venezuela clasificaba al Mundial Sub 20 de Corea del Norte. Ya al aterrizar, pude enterarme de la agradable noticia. Y aunque haya pasado más de ocho días de ese gran momento, no quería dejar pasar la oportunidad de escribir, una vez más, de esta gran selección.
Sinceramente, luego de ver la primera fase y los dos primeros partidos del hexagonal, todo indicaba que esa Vintinto sería mundialista. Los muchachos se animaron y se reconciliaron con el gol; Peña sí siguió peleado con las redes pero fue muy importante creando espacios y peleando cada balón que le llegaba.
Una de las virtudes de este equipo es su fortaleza mental. Pasaron por varios momentos donde pudieron venirse abajo por increíbles fallos ante la portería, por expulsiones, por errores arbitrales, y hasta por mala suerte. Porque es así, la suerte juega también pero en un porcentaje muy bajo, por eso la excusa de que “el balón no quiso entrar”, no vale.
Tenía tiempo que no veía una selección tan ordenada en la defensa. Puede sonar odioso, pero sin los cinco de atrás hubiese sido difícil llegar al Mundial. Esa solidez siempre estuvo presente cuando los de arriba flaqueaban de cara al gol. Cero distracciones; mucha concentración. No se frustraron ante el constante dominio de sus compañeros arriba sin ningún premio, al menos en la primera fase. Ellos siempre a lo suyo y siempre bien.
Se sufrió y se ganó. Se sufrió y se goleó. Se sufrió y se alzó la voz. Así como el pan y el azúcar, son cosas que no se consiguen siempre. Ganar, golear y alzar la voz es más de otras selecciones. Sufrir, obviamente, si forma parte de la Vinotinto. Por eso me pareció correcto que Rafael Dudamel haya elevado el tono en plena conferencia de prensa luego del partido ante Brasil. Hacerse sentir de esa manera está bien de vez en cuando, o mejor dicho, cada vez que sea necesario; cada vez que sientas que te roban descaradamente. No importa que el presidente de la FVF no defienda ante la Conmebol lo que debería, que era lo mismo que hacía Esquivel. No importa. El DT, cuerpo técnico y hasta los jugadores, pueden alzar su voz. A estas alturas, no puedes dejarte robar y quedarte callado; eso es mejor dejárselo a los de Sabana Grande, total, ya uno los conoce y no van a cambiar. Por eso esta clasificación es más especial para estos muchachos. Se han hecho más grandes en nueve partidos. Espero sigan creciendo en Corea del Sur y pasen muchos días por allá ganando, goleando y, si es necesario, alzando la voz.
Nos leemos el próximo lunes.
¡Abrazo de gol!
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